lunes, 8 de noviembre de 2010

Diario de un Garridense "EL CICLO DE LA VIDA"

      Teníamos un problema. A parte, de que entre los tres amigos sólo juntábamos 500 pesetas. Teníamos 16-17 años y en ningún supermercado nos vendían ni gota de alcohol. Pero que coño se creían...estábamos en nuestro pleno derecho a agarrarnos una buena cogorza. Llevábamos una hora en el lidel, intentado sacar una botella de ginebra como fuera. Lo habíamos intentado los 3 compañeros por separado...la cabrona de la cajera ya nos conocía:

- ¡ Que no vais a sacar la botella de aquí sin carnet !- nos chilló

     La única idea que se nos ocurrió fue una de las cosas más ruines que he hecho en toda mi vida. Como sucios mendigos alcoholizados, se lo pedíamos a la gente que pasaba por allí. A pobres transeúntes que tenían la mala suerte de toparse con tres gandules como nosotros. Recuerdo que después de un buen rato, accedió un tipo joven, con pintas de surfero.

- Tío, no te podemos dar nada, solo las gracias.- Le dijimos.
- No importa chavales.- respondió con una sonrisa.

Nos aferramos a él y entramos de nuevo dentro del lidel. Como si fuera nuestro dios...al llegar a la caja...

- Carnet.- masculló la puta cajera.
-¿Te vale el de conducir?.- Nuestro puto ídolo.
- Al final lo conseguisteis sinvergüenzas....- relataba la cajera, mientra nos dirijiamos a las puertas.

      Luego después de ese dia recuerdo no haber vuleto a comprar algo en el lidel, nunca más (Snukof, Vermouch, Mc Whisky, Dry gines...)
Hace solo unos meses me paro por la calle un chavalin con 7 u 8 monedas en sus manos.

- ¿Tiene prisa? ¿Me podría comprar una botella de vodka por favor? Es que tengo 17 y no me la venden.

No pude negarme...es el ciclo de la vida, que sigue y sigue.

2 comentarios:

  1. aaaaaaaay a mi me paso lo mismo con unas mozas que no pasarian de los 15...
    nos compras vodka?? pero del de 4euros!!

    xo no habia de ese, y mira q pregunte a los cajeros... pobres niñas

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  2. Conozco ese "vodka", por llamarlo de alguna manera. Rachmaninoff ("¡el vodka de los zares!", gritábamos nosotros jubilosamente mientras aún podíamos hablar y reír). Creo que no he pasado una borrachera peor en mi vida.

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