"Brasil domina sin Pelé".
Una frase del dirigente chileno Carlos Dittborn acabó siendo decisva para quienes dudaban de que el país andino pudiese organizar un Mundial: "porque nada tenemos lo haremos todo". El éxito de público y recaudación superaron las previsiones. El combinado brasileño se llevó el triun...fo casi sin oposición. Una lesión dejó fuera de combate a Pelé, pero la seleçao puso en liza otro elenco de figuras, como Garrincha, Vavá, Djalma Santos, Zagalo, Amarildo, Didi, Zozimo... Checoslovaquia jugó su segunda final en un Mundial, llegando con empate a uno al descanso, con tantos de Masopust y Amarildo. En la segunda parte Zito logró el 2-1, y un fallo (famosísimo) del guardameta Schroif permitió el 3-1, obra de Vavá.
Cabe destacar la novedad táctica: se pasó del 4-2-4 al 4-3-3, comenzando así el fin del fútbol de ataque, brillante hasta entonces, para dar paso a tácticas más cagonas y prácticas, antesala del raterío y el conformismo que reina actualmente (ojo, salvemos las distancias)...¡Adiós, espectáculo!
¿Y qué hay de la España de Di Stefano, Puskas, Suárez, Del Sol, Garay, Gento, Peiro y compañía? No pudo pasar de la primera fase. Se esperaba mucho, mucho más. También defraudaron Italia, Alemania Federal, Hungría y Yugoslavia.
Este mundial pasó a la historia por ser el más violento y guarro, sucio y desproporcionado de todos los tiempos, unas defensas criminales.
Pichichis: fueron seis, con cuatro tantos cada uno (mínimo histórico): Garrincha y Vavá (Brasil), Jerkovic (Yugoslavia), Ivanov (URSS), Leonel Sánchez (Chile) y Albert (Hungría).
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