jueves, 4 de febrero de 2010

La aventura de los güevos

Esto es una curiosidad que os hará ver un poco lo duramente que trabajamos los autores de este blog. Os voy a contar como se gestaron unos cuantas publicaciones, sobre todo las Palabras Castellanas Tugurio y Güevo.

Me encontraba yo en el autobús de Santander a Salamanca, un viajecito de 6 horas en un autobús incómodo a más no poder. Nada más salir, y con el animo de empezar el viaje de vuelta a Garrido con fuerzas me puse unos temillas de Rainbow en el móvil (con cascos, niños, la música en el móvil cuando uno esta en lugares públicos se escucha con putos auriculares). Aprovecho ya para recomendaros el tema Long Live Rock and Roll. Energía pura. Saque mi miniportatil y decidi probar a ver que salía. Como a mi las despedidas siempre me ponen melancólico comencé rememorando un poco el pasado y decidí hablar de la puta maquina de la estafa y de las batallas contra animales prehistóricos que realizabamos de pequeños. Historias que verán la luz en un futuro próximo. Cuando esta inspiración se me paso decidí ponerme a la tarea con mis Palabras castellanas, las cuales últimamente tengo un poco descuidadas.

Dado que en el bus no tenia conexión a internet y las palabras castellanas que se nos van ocurriendo estan en google wave tuve que sacar lo mejor de mí mismo y buscar en el diccionario mental algo que me inspirará. Tugurio. Me llegó a la mente como las peores ganas de mear: sin que te des cuenta. La pronuncié mentalmente varias veces hasta que me sonó tan rara que me di cuenta de que era de las buenas. Sonaba raro. Rápidamente, como profeta de algun Garridense superior, escribí la historia de su origen y su uso en la actualidad. Y se acabó. Me gustaba lo que había salido y así se iba a quedar.

Ahora faltaba la “palabra”. La verdad es que estas siempre me cuestan un poco más, así que aunque me acordaba de la mayoría de las que tenemos en la lista, me costó elegir. Al final me decante por Güevo, pensando que no podría salir mucho de esta “palabra”, pero al escribir la primera y jodidamente ridícula frase todo vino de seguido, hasta el punto de que en medio de un autobús lleno de gente se me salto la risa tonta tras poner lo de las pollas. (joder, me estoy casi descojonando otra vez en medio del bus, que aquí sigo...). La chica de al lado se me quedó mirando como si fuera gilipollas, lo cual no me extraña porque si a mi se me pone un tío al lado, se pone a escribir en un portatil y encima hasta el se descojona de lo que escribe pensaría que es un puto loco. Total que para calmarme he tenido que cerrar el portatil y dejar pasar unos minutos. Al final y después de pasar un mal rato a cuenta de la risa tonta he logrado acabar el post y cuando hemos parado en Osorno lo he leido y me he descojonado a gusto, lejos de la gente. Tras esto he llamado a uno de los compañeros del blog, y como no me lo ha cogido le he mandado un sms diciendole “me he superado, prepárate para unas palabras castellanas míticas”. Me ha llamado y ha surgido la idea de explicarla la situacion de la risa en el bus, asique aquí estoy con esto entre manos. Espero que os guste.

PD: por si a alguien le interesa, en escribir este tocho he tardado media hora larga. Que veáis el esfuerzo que me cuesta. Y lo hago por vosotros. POR VOSOTROOOOS VILLANOS DESAGRADECIDOS! Yo no soy como los gañanes estos que se han embarcado en este proyecto conmigo y que tienen chimpances bonobós a los que obligan a escribir sus entradas y a mantener relaciones sexuales con ellos. El mío lo uso solo para las relaciones.


3 comentarios:

  1. Para que no pensaras que eras un loco, en vez de en el portátil tenías que haber escrito en un papiro. Es que manda güevos...

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  2. Mira, ni me hables de Osorno.
    El caso es que íbamos en viaje de negocios a la zona de Liebana. A mi me dio el apretón (yo era el que llevaba el coche) el caso es que paramos en el mismo bar que, seguramente, parastes tú.
    Del apretón que tenía ni me acordé de los canutos que llevaba albergados en los calzons. El caso es que se fueron por el sumidero y no me di cuenta hasta que no escuché el sonido atormentador de la cisterna.
    Yo, claro con una mala ostia que no podía.
    A la salida hacia la carretera vi que de frente venía la guardia civil (es más, el cuartel está enfrente del maldito bar). Mi sorpresa llegó cuando, a la salida de Osorno, los picolos nos seguían y me daban el alto.
    -¿Sabe por que le hemos parado?
    -Por los porros no creo porque se me han ido por las cañerias de este maldito pueblo (lo pensé, no soy tan gilipollas de decirselo)
    Bueno, el caso es que delante de las narices de los guardias (y de la casa cuartel)me había saltado una señal de diracción obligatoria, el stop fue reemplazado por un ceda al paso y las flamantes ruedas del buga habían pasado por encima de una linea continua y después de una isleta.
    Todavía no me creo que no me quitaron puntos.
    Moraleja:
    Si fumas porros, te enciegas, pero si los pierdes, también, tanto que no ves las indicaciones del tráfico.

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  3. Hostias!! me acabo de acordar de otra de Osorno; la cuento¿? me la suda lo que digais, la cuento.
    El caso es que íbamos a la zona de Liebana, esta vez en viaje de placer.
    Tres de los que íbamos ya habíamos estado en la anécdota anterior y pasábamos de repetir la experiencia en el mismo bar.
    Nos metimos en el pueblo y buscamos otro bar para meternos un buen chute de cafeina.
    Fuimos alegremente a un bar. Del primero no me acuerdo si estaba cerrado; pero del segundo me acuerdo perfectamente que nos echaron, bueno, ni nos dejaron entrar.
    Nunca se me olvidará la cara de pánico que puso la dueña del bar al ver que pretendíamos entrar en su establecimiento. Solo le faltó darnos con el palo-la-escoba.
    -Joder!!! si hemos dejado a nuestro colega el punki en el coche. Porque no nos dejan entrar¿? (pensamos)
    El caso es que nos tocó ir al puñetero bar de la carretera.
    Cafe y pincho = 3€ y pico
    Si la vez anterior salí de ese lugar ciego de ira, ahora el tentempié me había costado un ojo de la cara.
    Menos mal que a la salida no repetí la pirula, aunque estubimos 10 minutos dando vueltas por el pueblo palentino para saber como se salia legalmente a la carretera.
    Moraleja:
    Que me disculpen los de Osorno; pero que le den bien por saco a ese pueblo

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