martes, 26 de octubre de 2010

El elefante

     Rondando mi infancia en escasas ocasiones me alejaba del barrio hasta el parque de los jesuitas. Allí podías encontrar nuevas emociones alejadas de las cotidianas de los parques del barrio. Recuerdo que fue el primer parque donde pude ver una pirámide de cuerdas como la que ahora se puede encontrar en el parque Garrido, tenía el mayor “castillo” de toda Salamanca, y por encima de todo estaba la tirolina, casi siempre estropeada pero que siempre que iba trataba de encontrar en buenas condiciones para lanzarme por ella. Sin embargo, uno de los mejores recuerdos que guardo del parque de los jesuitas es el elefante que tenía.

     El elefante. No sé si muchos os acordaréis, ya que una vez lo comenté y todos me dijeron que de qué coño estaba hablando, hasta llegué a pensar que me lo había soñado y se había mezclado con mis recuerdos de niñez. Pero no, hace poco alguien me confirmó que también era su favorito, el mítico elefante, desaparecido ya.

No era así, pero la foto había que ponerla

     Este elefante era una de estas construcciones de metal por la cual te podías ir encaramando, con la particularidad de tener forma de elefante, con sus patas grandotas, su tripa enorme, grandes orejas, y por supuesto, sus cuernos por donde subir, descolgarse o resbalarse y caer de bruces al suelo. Subirse al elefante era genial, te sentías el rey en ese mamotreto enorme, colándote por cualquier hueco y reapareciendo por el siguiente. Imagino que si lo viera ahora no me parecería tan grande ni espectacular, pero en su momento me hacía pasar la tarde. No sé qué pasaría con el elefante, si se estropearía con el paso del tiempo, o lo desmontarían para dejar paso a las atracciones modernas y anti-moratones de hoy en día, pero desde aquí le rindo mi particular homenaje al paquidermo de metal (que no paquidermo del metal) que tan buenos ratos me hizo pasar.

6 comentarios:

  1. que grande el elefanteeee!! a mí tambien me gustaba mucho siempre iba directo a el!!

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  2. Legendario Parque de los Jesuitas. En su momento tenía unos toboganes de metal que me parecían enormes, de lejos lo más grandes de la ciudad. Desgraciadamente el paso del tiempo (hace 13-14 años se caían todos a pedazos) y la sustitución por toboganes de plástico, que teóricamente son menos peligrosos (así salen ahora los niños, unos flojitos...) los hizo desaparecer. Los niños de los años 80 fuimos la última generación que disfrutó de los 'peligrosísimos' columpios y toboganes de metal.

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  3. Abajo del todo estaba el mítico tobogan gigante. Sólo subir las escalerillas daba vértigo. Era como dos toboganes metálicos acoplados con un descansillo en la parte central que frenaba la velocidad. Ese tobogán era el rey del parque pero imagino que muchos por aquí ya ni os acordaréis. Os podría enumerar todos los columpios del antiguo parque de Garrido: El arco amarillo y negro para colgarse boca abajo hasta que se te ponía la cabeza roja, al lado un tobogán verde metálico que se llenaba de óxido cada vez que llovía y que en el descansillo de arriba tenía toda la chapa levantada para cortarte bien. Las paralelas de color blanco y otro tobogán estaban en esa misma zona. En el centro la fuente llena de mierda y con el agua verdosa y detrás de ella un botijo que nunca llegué a ver funcionando. Al otro lado estaban "la jaula" o "la flor" y otro tobogán y junto a ellos "la bola" y el soporte de un sube y baja que duró cero coma. Todo oxidado y con charcos pero muy divertido. A mediados de los ochenta ese parque era un hervidero de niños y de mamás haciendo punto y comiendo pipas en los bancos. A lo mejor alguno no os lo creeréis pero era difícil pillar sitio en los bancos, estaban todas las tardes hasta arriba de gente.
    Ah, y el elefante de los jesuítas tenía en la parte más alta una banqueta en la que sentarte. Los niños que pillaban sitio ahí arriba eran los putos amos.

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  4. Por supuesto que recuerdo el elefante, me encantaba colgarme boca abajo de uno de los colmillos
    y la de pantalones que me dejé en la chapita levantada en el tobogán de garrido
    yo si recuerdo al botijo funcionando, lo arreglaron una vez pero en un par de semanas alguien lo había tapado con un trozo de madera
    la fuente del centro justificaba su existencia cuando en invierno se congelaba su agua verdosa y se convertía en una pequeña pista de patinaje

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  5. Qué pena que no haya fotografías de dicho elefante

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  6. Haberlas, haylas... aunque hay que echarle imaginación. Si no recuerdo mal, el elefante es lo que aparece rodeado con un círculo rojo en la foto del enlace (lo que más claro se ve es el tobogán que hacía las veces de trompa -yo desde luego no llegué a conocerlo con tobogán, pero por la forma de los hierros que quedaban en esa zona se veía que eran para sujetar algo-. Si te fijas bien se distinguen las patas, con sus aros de hierro que servían de peldaños):
    http://img20.imageshack.us/img20/9238/25253509.jpg

    Lo que sí que se ve en primer plano es el "mítico tobogán" con descansillo y todo el parque recién estrenado (la foto debe de ser de los primeros años 80).

    Aquí hay otra foto de un elefante del mismo modelo, nuevecito y con su tobogán-trompa:
    http://www.panoramio.com/photo/9048900
    Por cierto, ¿hubo algún otro elefante en los parques de Salamanca? ¿En el Fluvial tal vez?

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