jueves, 27 de mayo de 2010

DIARIO DE UN GARRIDENSE: EL VERDADERO FINAL DE “IR A PATOS”


     Hace unas semanas mi compañero os relataba las etílicas excursiones que hacíamos al corazón de la alamedilla para sodomizar a patos. La verdad es que nunca dejamos de ir a por patos porque casi muriera uno. Esta era la versión de mi socio. La verdad fue mucho más turbia y aterradora.
     Después de aquel día en el que un pato casi aparece decapitado… el grupo de caza nocturna se dividió en dos. Por un lado estaban los monaguillos meapilas…que reciclan y les gusta la naturaleza. En el otro bando, éramos los desgraciados alcohólicos que bastante teníamos con aguantar vivos cada vez que salíamos de fiesta.
     La última noche subíamos especialmente chuzados. El plan era meter a un pato en un contenedor y darle muchas vueltas hasta marearlo. Para comprobar el refrán de “pato mareado”. Sí os acordáis, antaño no había los contenedores tan modernos y prácticos que tenemos hoy día. Así que, cholamos uno de la calle Azafranal (no se me olvidará nunca).
     Cuando llegamos a la charca con nuestro “COCHECITO”…los hijo de putas de patos estaban muy activos. Era imposibles cogerlos aquel día, ni mi compadre el gran cazador pudo. Salían echando patas…ya nos conocían.
     Como no pudimos hacer lo que queríamos cogimos el contenedor y lo tiramos al estanque…Continuará

0 comentarios:

Publicar un comentario