jueves, 1 de abril de 2010

Diario de un Garridense VI - Los rabos voladores

      Si, fue la noche más surrealista de mi vida. Ibamos cuatro camaradas volviendo de fiesta hasta nuestro barrio, avanzábamos por el paseo de la estación entre la plaza España y Eurocalzados, en aquel momento no sabíamos lo que nos iba a deparar el destino.

     En nuestro horizonte etílicamente nublado, que en ese instante alcanzaría un radio de unos cinco metros, apareció una bolsa con aspecto pateable. Y como su propio nombre indica le metimos un viaje. En una trayectoria extraña la bolsa se elevó con una lentitud pasmosa impactando en un cartel luminoso que se encontraba sobre nuestras cabezas, el impacto fue tal que el desconocido contenido de la bolsa pateable no aguantó en su interior derramándose sobre nosotros. Cual sería nuestra sorpresa al ver que nos estaban cayendo encima…¡¡jodidos rabos de cerdo!! Vamos, lo más normal del mundo. Aún no sabemos porqué, pero presentimos que el destino puso esa bolsa en nuestro camino.

     Mientras las personas normales nos reíamos incrédulos el autor estaba vomitando por los suelos, debido a la horrenda visión que tuvo que presenciar.

     El ilustre garridense que pateo la bolsa, que no es miembro de Garrido Profundo rememora con nosotros esta hazaña cada vez que nos encontramos en El Barrio.


 Imagen de Marianne Perdomo

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